La iluminación representa una parte significativa del consumo energético en edificios residenciales, comerciales e industriales, por lo que optimizar su eficiencia puede generar ahorros considerables.
Algunas estrategias de optimización energética en un sistema de iluminación incluyen:
- Uso de tecnología eficiente: Reemplazar las lámparas tradicionales por tecnologías más eficientes, como lámparas LED, que consumen menos energía y tienen una vida útil más larga.
 - Sensores y sistemas de control: Implementar sensores de movimiento o sistemas de control automatizados para encender y apagar las luces según la presencia de personas o la iluminación natural disponible.
 - Aprovechamiento de la luz natural: Maximizar el uso de ella mediante ventanas, claraboyas o tragaluces, y usar sistemas que ajusten y controlen las luces artificiales.
 - Mantenimiento adecuado: Realizar un mantenimiento regular de las luminarias, limpiándolas y reemplazando las lámparas defectuosas o desgastadas, para asegurar un rendimiento óptimo y evitar pérdidas de eficiencia.
 - Diseño eficiente: Considerar el diseño eficiente de la iluminación en la planificación de espacios, utilizando colores claros en las paredes y techos para reflejar mejor la luz y minimizar la necesidad de iluminación artificial.
 
La optimización energética conlleva a ahorros económicos maximizando la eficiencia y reduciendo el impacto ambiental asociado al uso de energía.
Profiquip le ayuda a realizar la evaluación y ajuste a cada área de la compañía con el fin de encontrar el balance entre los niveles de iluminación y el consumo energético.
